Para los amantes del vino, el vino tinto es una de las mejores opciones para acompañar carnes rojas. Con un color granate oscuro y un sabor intenso, esta exquisita bebida se elabora con el mosto de las uvas tintas. Hay una gran variedad de recetas, con toques dulces o más amargos, pero todas ellas elaboradas con la misma dedicación. Si te apasiona la enología y disfrutas del vino tanto como nosotros, te recomendamos que eches un vistazo al Máster en Elaboración de Vinos y Licores.
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Clasificación del vino tinto
En función del tiempo de envejecimiento en barrica y botella, el vino tinto se clasifica de la siguiente forma.
- Joven o de año: no ha pasado tiempo suficiente en la barrica para ser considerado crianza.
- Crianza: ha pasado entre seis y doce meses en la barrica y ha reposado en la botella, por lo menos, tres años antes de ser comercializado.
- Reserva: ha pasado como mínimo un año en barrica y, por lo menos, cuatro reposando en botella.
- Gran Reserva: ha pasado como mínimo dos años en barrica y tres en botella, pudiéndose comercializar tras el sexto año. Es el grado más difícil, y solo las cosechas excepcionales lo logran.
¿Cómo elaborar vino tinto casero?
Por si lo dudabas, cualquier persona puede elaborar su propio vino tinto. No es necesario tener amplios conocimientos técnicos. Sin embargo, es importante que conozcas el proceso y que escojas materias primas de calidad. Os presentamos una guía sencilla con la que no tendréis problema para hacer vuestro propio vino.
El primer paso es escoger materia prima de calidad. Busca una viña de proximidad y escoge la uva adecuada. Las variedades de uvas tintas que podemos conseguir son la Cabernet Sauvignon, Garnacha, Merlot, Monastrell, Tempranillo, Bonarda o Sangiovesse. Para un litro de vino tinto se suelen recomendar dos kilos de uva.
Estrujado de las uvas
El siguiente paso es sacar el zumo de la uva, llamado mosto. Se pueden estrujar las uvas con una prensa pequeña, una moledora o con el pisado de la uva. Este último es uno de los métodos tradicionales más usados para el vino artesanal de calidad. El mosto fresco fermenta rápidamente y tiene que estar controlado, no lo olvides.
La fermentación
Para que fermente, el mosto se tiene que colocar en vasijas, orzas o damajuanas. En la fermentación deben estar presentes los sólidos del estrujado. En la elaboración de vino tinto, el mosto debe fermentar junto al zumo de uva, los hollejos y semillas, entre otros. Esto se debe a que, de esta forma, obtiene mejor color, aroma y textura. La temperatura de la fermentación no debe sobrepasar los 30ºC. El tiempo de fermentación, por otra parte, dependerá del volumen a fermentar. Cien litros de vino tardan, aproximadamente, dos días en fermentar.
Para mantener el vino limpio de bacterias durante la fermentación, se suelen usar levaduras y nutrientes. Las levaduras se encargan de transformar la fructosa en alcohol etílico. A pesar de que la uva ya cuenta con levadura, se recomienda añadir de más para controlar la fermentación.
Clarificación y filtrado
Una vez finalizada la fermentación, se separa el líquido de los sólidos y se filtra el vino. Se utilizan clarificantes que ayudan a filtrar y limpiar, y se dejan actuar durante dos o tres días. Los usados actualmente consisten en bentonitas y otros productos que no alteren el aroma del vino. En temperaturas inferiores a diez grados se logra una estabilización en menor tiempo, así como más efectiva.
Hay que filtrar el vino al menos tres veces, con una graduación de filtros de más gruesos a más finos. Los filtros los puedes adquirir en tiendas especializadas o laboratorios. A continuación, y con cuidado de no remover los posos, se realiza el trasiego hacia otra tinaja.
Maceración
En la nueva vasija, es importante dejar reposar el vino con la barrica cerrada. Se dejará reposar en un lugar fresco y sin variaciones de temperatura, durante un plazo de días igual o superior al de la fermentación.